VÍA LÁCTEA

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viernes, 14 de junio de 2013

LOS CABALLEROS MEDIEVALES

La formación del caballero

Los caballeros practican desde que tienen 7 años. Desde ese momento tienen espadas, caballos de madera y muñecos giratorios que le sirven hasta los 10 o 12 años. Después ya empiezan a servir a el rey a su castillo y allí mejoran sus entrenamientos y se nombra paje. A los 14 años se convierte en escudero y sigue sirviendo a su señor pero puede luchar junto a él.




La ceremonia de la investidura

Cuando ya había practicado con el rey lo suficiente se nombraba caballero y se realizaba la ceremonia de la investidura. El rey le cubre con un manto rojo, le entregaba unas mallas marrones, un cinturón blanco, unas espuelas de oro y una espada de doble filo que simbolizaba la justicia y la lealtad y finalmente le daba el espaldarazo.

El espaldarazo consistía en tocar con la espada la espalda del escudero mientras se pronunciaban unas palabras. Así, el aspirante quedaba nombrado caballero.
 
Los torneos

Los torneos eran competiciones en las que se enfrentaban los caballeros cuando no había guerras. Los gladiadores que conseguían ganar todas las batallas recibían importantes premios. El combate estaba arbitrado por otros caballeros.

La armadura

La armadura de los caballeros podía pesar hasta 50 kilos. Para subir al caballo necesitaban ayuda de los pajes y escuderos porque no podían subir ellos solos.

Cuando el caballero está galopando con el caballo, su traje le protege pero si caen al suelo los caballeros no sirven para tanto y podían herirse fácilmente.

 

jueves, 13 de junio de 2013

CUENTO

UN PAÍS CON DEMASIADOS REYES


Había una vez en un país en el que todos los habitantes eran reyes. Un día vino un caballero con mucha sed y hambre. La gente, al verle, empezó a darle órdenes y el caballero estaba sorprendido. Después, discutieron para quedarse con el súbdito y más tarde se pelearon dándose con sus coronas. El caballero se fue corriendo a su caballo para huir de ese país pero los ciudadanos no paraban de perseguirle, hasta que se convirtió en un puntito en el horizonte por lo rápido que iba.

Miguel Ángel Mendo


Opinión:Este cuento me enseña que no hay que ser malo con la gente, que no conviertas en súbditos al primero que veas y que nadie es más importante que otro por eso me ha gustado este cuento.